La posición sexual "del misionero" fue una vez la única posición sexual aceptada por la Iglesia.

Durante la edad media, todo lo que no fuera la "posición de misionero", por ejemplo, se consideraba anormal y, por lo tanto, un pecado, según la Iglesia. La mujer en encima del hombre, o practicar el sexo estando el hombre detrás de la mujer no era permitido por la Iglesia porque iba en contra del ‘orden natural’ de las funciones de hombres y mujeres.
Fuente: Culturizando