Gerald Mellin, un hombre de negocios residente en Swansea, Reino Unido, se suicidó atando un extremo de una cuerda alrededor de su cuello y el otro extremo a un árbol. Después se monto en su Aston Martin DB7 y condujo a gran velocidad por una transitada vía hasta que la cuerda lo decapitó. Supuestamente, lo hizo porque su ex lo había dejado.